Crónica de un viaje a Egipto: 5 DIA, Luxor (Dendera)
Viaje a Egipto: nuestra primera experiencia con un taxista Egipcio
Nuestro segundo día en Luxor comenzó temprano, como siempre, y con la ya habitual llamada de teléfono. Bajamos a desayunar (muy bueno el desayuno en el Sonesta Saint George de Luxor) y nos reunimos todos en la recepción del hotel. Juanjo y Chechu decidieron hacer la excursión por su cuenta, ya que también querían ir a Abydos (no estaba incluida esta visita), así que se fueron en taxi todo el día.
Los demás nos fuimos con Amir hasta el Templo de Hathor en Dendera. Para ir a este templo tuvimos que ir en convoy (A una hora determinada se juntan todos los transportes que quieren salir de la ciudad, y el ejercito los escolta hasta su destino). Una vez en el templo, nos metimos en unas salas subterráneas donde había unos relieves muy bien conservados.
La pared exterior del templo también era muy interesante. En uno de los relieves, se podía ver representada a Cleopatra y a Cesarion. Curioso fue también, cuando vimos que muchos de los policías turísticos se cuadraban a la llegada de, suponemos, un superior, haciendo revisión de las «tropas».
En ningún momento en todo el viaje, tuvimos sensación de inseguridad; esta todo muy vigilado por la policía turística.
Volvimos de nuevo en convoy a Luxor, comimos y la tarde la teníamos libre, así que Eva, Pedro, Merche y yo, decidimos ir por nuestra cuenta al templo de Ramses III, eso sí, después de un baño en la piscina del hotel: teníamos una temperatura de 30ºC y el agua estaba a 26ºC, ¡vamos, una maravilla!.
Sobre las 3:30, salimos del hotel y empezamos a andar para buscar un taxi. Tras solo unos minutos empezamos las negociaciones, previamente Amir nos había comentado que un buen precio seria alrededor de 80 libras egipcias para ir al templo y volver. No nos pusimos de acuerdo y seguimos andando un para de pasos hasta que otro taxista nos ofreció sus servicios y llegamos con el a un acuerdo: las 80 Libras egipcias. Cual fue nuestra sorpresa, cuando vimos que el taxista con el que antes habíamos intentado regatear, estaba en medio de un barullo impresionante (gente agarrándose, discutiendo…)
¿Sería por nosotros?…nos temíamos que si. El otro taxista, rápidamente, nos llevo a su taxi, y nos explico, que la pelea era debido a nosotros, ya que habíamos ido a la parada de taxis de otro hotel, y el que nos ofreció sus servicios, se había saltado la cola.
Ya camino al Templo de Ramses III, estuvimos parados en mitad de la carretera debido a un accidente espectacular: un todoterreno estaba completamente volcado en mitad de la carretera, y aproximadamente unas 100 personas estaban alrededor (sacaron en ese momento a los ocupantes del vehículo). En fin…menudo viaje más movidito.
Para colmo de mala suerte, cuando llegamos al templo, ¡acababan de cerrar hace 10 minutos! . Solo eran las 16:15 y ya estaba cerrado ¡menuda desilusión!. El taxista, muy amable, hablo con un amigo suyo de un bar cercano, que intento convencer a la persona que estaba en la puerta…pero no colo, así que hicimos fotos del templo desde fuera, y el taxista se ofreció a llevarnos a un par de tiendas (seria la primera compra importante de nuestro viaje a Egipto).
En la primera tienda, vendían alabastro y todo tipo de figuras (nos llevamos un jarrón y un huevo de alabastro) y en la segunda, papiros (compramos tres papiros grandes y unos cuantos pequeños, creemos que por buen precio…) de verdad, o eso parecen: al trasluz se ven motitas negras y en agua nos se deshacen ( como los que están echos de piel de banana). En fin, por lo menos salimos contentos con nuestros primer regateo ( se encargo Merche, yo era el «poli malo» que decía que no).
Ya de vuelta al hotel, descansamos una media hora, y decidimos ir al Espectáculo de Luz y sonido de Karnak. Eva, Pedro, Merche y yo, cogimos una calesa por 1 € a Karnak ( 7 libras egipcias más o menos). El caballo se llamada Roki y la calesa la conducían dos chicos que no paraban de reírse. En vez de ir a Karnak, bordeando el Nilo, los chicos se metieron por el centro de Luxor, atravesando una de las calles principales, donde estaba el mercado: impresiona bastante ver las carnicerías, con toda la carne colgada al aire y la cantidad de tiendas y gente que hay por todos sitios. A mitad de camino, el caballo estuvo apunto de chocar con un coche (había mucho trafico).
En fin, fue un trayecto de lo más interesante, sobre todo cuando les dijimos que teníamos prisa (el espectáculo empezaba a las 20:00 y eran las 19:50), así que aceleraron y nos empezaron a meter por distintas callejuelas hasta llegar a una zona sin luz, sin asfalto y sin gente: Eva dijo algo así «aquí nos rajan!»….y yo pensé lo mismo….pero no, estábamos entrando por la parte de atrás de Karnak. Pararon, les dimos el euro, y fuimos a sacar las entras del espectáculo, que esa noche era en ingles (…mala suerte), pero aun así, mereció la pena visitar de nuevo Karnak (haces primero una visita a pie y finalmente acabas en unas gradas al lado del lago sagrado; dura 1 hora).
Al acabar el espectáculo decidimos coger un taxi (creo que nos costo unas 20 libras egipcias). Llegamos al hotel en 5 minutos, fuimos a cenar y a la cama que estábamos destrozados y al día siguiente volvíamos pronto a Assuan.
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