Crónica de un viaje a Egipto: 1 DIA, Viaje España – Assuan
Viaje a Egipto: ¡Qué las maletas lleguen bien (…y todas) !
Esta crónica de un viaje a Egipto, comienza el día 8 de Diciembre con el vuelo de la compañía IBERWORLD desde España hasta Assuan (localidad situada en el alto Egipto y que fue, durante la época de los faraones, capital del primer «nomo» del alto Egipto).
Teníamos el vuelo a las 12:50 con salida de Madrid, y aproximadamente nos levantamos sobre las 8:30, ya el taxi nos venia a recoger a casa a las 9:30 (nos dijeron que había que estar 3 horas antes en la T4 del aeropuerto de Barajas). Sin ningún problema llegamos al aeropuerto de Madrid y encontramos rápidamente, gracias a Merche, el stand de facturación (nos pusimos los segundos).
Sobre las 10:30 abrieron la facturación y….primer susto, que luego quedo en nada, llevábamos 4 maletas, dos de ellas de mano, y la chica nos dijo que teníamos que facturas una de ellas ya que sobrepasaba los…¡6 kilos! permitidos (¡que poco peso permiten!). Hasta aquí todo normal, pero en ese momento, la chica se pone a hablar por teléfono con una compañera, diciendo que había tenido problemas con unas maletas y que como lo podía arreglar (¿serían las nuestras?)…Intuimos que no,….pero deberíamos haber preguntado…¡menuda manera de empezar nuestro viaje a Egipto!
Pasamos los tramites del pasaporte, y le empezamos a dar vueltas a la cabeza sobre el tema, y más o menos nos convencimos, de que aunque nos perdieran dos de nuestras maletas, no pasaba nada, ¡había que pasárselo bien a toda costa!, y como habíamos tenido la precaución de hacer 4 maletas independientes, cada una, con todo lo indispensable, pues…¡a disfrutar del viaje a Egipto!.
Sobre las 12:30 empezamos a a embarcar , pero fue un espejismo, nos metieron en la rampa de embarque y allí nos quedamos una media hora, hasta que finalmente subimos al avión (llevaba más o menos una hora de retraso, retraso que nos parecía , más bien poco, teniendo en cuenta las cosas que contaban de la T4 de Barajas).
El avión, estrecho, como siempre, pero con la ilusión del viaje, todo se soporta mejor. Eso sí, las albóndigas que nos dieron de comer, nos hicieron pensar en «el mal de TUT» (Diarrea en Egipcio…¡jejeje!).
Sobre las 20:15 llegamos a Assuan, (su aeropuerto nos pareció muy pequeño), e inmediatamente después de desembarcar nos encontramos con el representante de IBEROJET con un cartel en la mano, esperándonos para rellenar el papel del visado (34 €…¡mejor haberlo obtenido en Madrid!). Lo completamos, nos sellaron el pasaporte y fuimos corriendo a ver si nuestras maletas habían llegado. Después de una espera infinita de 5 minutos…¡salieron todas! y nuestro viaje comenzó de verdad.
El autocar nos estaba esperando a la salida del aeropuerto, e inmediatamente aparecieron los maleteros, que nos llevaron las maletas (les di una propina de 20 céntimos €) . Salimos con rumbo al barco Nile Symphony de la compañía Presidential Nile Cruises, en donde íbamos a pasar los siguientes 3 días.
La verdad, es que en ese primer momento, no nos hicimos bien a la idea de que estábamos en Egipto; era de noche, todavía dábamos saltos de alegría por tener todas la maletas, por lo que escuchamos las primeras explicaciones de Hatem, nuestro guía, hasta llegar al barco. Nos explico el dinero que teníamos que darle para pagar todas las propinas del viaje (entre 20 y 30 €), nos comento la existencia de las excursiones facultativas y nos dio unas breves explicaciones sobre la ciudad de Assuan. Además, también nos comento que no había que beber agua del grifo, y que era mejor que la compráramos embotellada.
Nosotros, que ya veníamos advertidos desde Madrid, tampoco pensábamos tomar verduras u otros alimentos que pudieran haber sido lavados con agua del grifo, ni tomar copas con hielos (nos dedicamos más a las cervezas…). Incluso los dientes nos los lavábamos con agua mineral; esto puede parecer exagerado pero, no nos pusimos malos en todo el viaje. También hay que decir que hubo gente que no tomo tantas precauciones, y no les paso nada (otras si se pusieran malas). Supongo que también depende del estomago de cada uno.
En unos 20 minutos, llegamos al barco, dejamos nuestras maletas a cargo de los maleteros y fuimos directamente a cenar. Nos sentamos en una mesa de 5 personas y tuvimos la fortuna de conocer a Chechu, Juanjo y Koldo (con Koldo solo estuvimos 4 días, pero es una persona estupenda). Hamet en ese momento, nos dio las habitaciones y nos toco la 313. En el barco lo mejor que te puede pasar es que te toque en un piso lo mas alto posible y por la parte delantera, para que este la habitación lo más alejada posible del ruido de los motores del barco (sólo íbamos unas 30 personas en el barco, por lo que, en este sentido no tuvimos problemas).
Después de la cena, subimos al bar, ya que habíamos quedado con Hamet, para darle el dinero del visado y de las propinas.
Allí nos vendió la primera y la última excursión facultativa del viaje: El Poblado Nubio; (bueno, también compramos a Amir, el siguiente guía, «el espectáculo de luz y sonido de Abu Simbel, pero ya comentare por que), excursión muy cara (35€ por persona) y que luego no resulto ser como nos esperábamos (había leído en foros que merecía la pena, pero luego, la que hicimos nosotros, no se pareció en dada a lo que comentaba la gente). Teníamos bastante claro, que El Cairo lo íbamos a hacer por nuestra cuenta…y acertamos de pleno.
Después de la reunión, bajamos a recepción a «marcar» nuestras ,maletas con el numero de habitación (nos las subieron de inmediato) y vimos que la palabra Lujo no significa lo mismo en España que en Egipto. La habitación no estaba mal, pero no es lujo. Eso sí, íbamos advertido desde Madrid, tanto por los foros, como por la chicas de Viajes Iberia. Por lo que no nos «enfadamos» (la verdad es que no nos enfadamos en todo el viaje).
Nos metimos en la cama rápidamente (sobre las 23:30), ya que a la mañana siguiente nos iban a levantar a las 6:00 de la mañana, la tónica general del viaje…duro, pero te acostumbras). Sólo una cosa más de este primer día: Merche y yo dormimos fatal por culpa de los «nervios». ¡Qué ganas de ver el primer templo Egipcio!.
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