Crónica de un viaje a Egipto: 9 DIA, El Cairo (Piramides – Esfinge – Sakkara – Dashur)
Viaje a Egipto: Las Pirámides
Nuestro 9 día en Egipto comenzó a las 6:00 de la mañana. Queríamos coger un taxi sobre las 7:00 para llegar pronto a las Pirámides de Giza, el conjunto de Pirámides de Egipto más importante y las visita que llevábamos esperando todo el viaje: viajar a Egipto sin ver las pirámides, es como no haber viajado.
El desayuno en el Hotel Marriott también fue muy bueno: tenían una sección donde hacían unas tortillas realmente buenas, y hasta tenían comida japonesa.
No tardamos mucho en desayunar, así que mientras bajaban todos al Hall fuimos al banco del hotel (había varios), para volver a cambiar Euros por libras egipcias. La verdad es que ya llevábamos bastante dinero cambiado. hasta este momento habíamos cambiado 200 € a libras egipcias. Cuantas más cosas hagas por tu cuenta, más libras egipcias vas a necesitar, sobre todo para entrar en Museos y Templos, donde solo aceptan libras egipcias.
Salimos a la entrada del hotel y le pedimos al encargado un taxi para 6 personas. En seguida nos llamo a uno, y empezamos a negociar: Quería unas 200 libras egipcias por todo el día; Merche le comento que 120 libras egipcias (habíamos leído que un buen precio estaría entre 120-140 libras egipcias por todo el día). El no acepto y después de mucho insistir, decidimos buscar otro taxi. Al irnos, nos volvió a llamar y acepto llevarnos por 160 libras egipcias. Decidimos aceptar y nos montamos.
Antes de montarse en un taxi, siempre, siempre hay que asegurarse de que ha aceptado el precio y el itinerario, por lo que le volvimos a comentar el precio (estaba de acuerdo), y la ruta: Pirámides de Giza y Esfinge , Sakkara y Dashur , y aquí no estaba de acuerdo: solo nos quería llevar hasta Sakkara por ese precio. Le dijimos entonces que solo queríamos ir a las Pirámides de Giza por 50 libras egipcias y que luego buscaríamos otro taxi.
Al llegar a la entrada al recinto de las Pirámides de Giza, el taxista empezó a regatear de nuevo al ver que nos íbamos, y finalmente acepto nuestro precio. Fuimos corriendo a sacar las entradas, y de nuevo dentro del recinto, aceleramos el paso, para llegar cuanto antes a la taquilla donde se sacan los tickets para entrar en la Pirámide de Keops, ya que vimos a un grupo de japoneses que empezaban a correr.Afortunadamente había entradas (un poco caras), pero aunque dentro no hay nada, merece la pena entrar.
Decidimos entrar antes de que hubiera mucha gente, así que fuimos a la entrada de la Pirámide Keops (no se pueden hacer fotos dentro), y empezamos a bajar y luego a subir por largos corredores (en la mayoría de ellos íbamos agachados) hasta llegar a la cámara del Faraón ( muy pequeña, como una habitación de 3×3 metros), donde hacia mucho calor y donde Eva, Pedro, Merche, el guardia que vigilaba la cámara y yo, juntamos nuestras manos e hicimos un ¡ohmmmmmmm!….en fin…..estábamos de foto.
Como empezaba a entrar más gente y el aire estaba bastante cargado, decidimos salir de la Pirámide de Keops. Empezamos a bajar y cuando íbamos a tomar el corredor donde nos teníamos que agachar, vimos que no podíamos seguir adelante…¡de toda la gente que estaba subiendo!…¡ y casi todo españoles!…somos como una plaga, luego decimos de los japoneses.
Empezamos a bajar cuando un señor decidió meterse en el corredor a pesar de que la gente seguía subiendo. la verdad es que fue un poco agobiante, pero al final salimos «sanos y salvos». Eso sí a la salida casi me muero de frio, ya que hacia un viento infernal.
Fuimos dando una vuelta alrededor de las pirámides (Keops, Kefren y Micerinos) y entramos en el museo de la Barca Solar. Merece la pena, es increíble que una barca así de grande se pueda construir sin clavos.
Tengo que decir que la Esfinge, en comparación con lo que hay alrededor, me pareció «pequeña» .
A continuación, salimos del recinto de las Pirámides de Giza, y fuimos al taxi de nuevo para que nos llevara a Sakkara, que no se encuentra demasiado lejos (a unos 15- 20 km). Cuando llegamos allí nos dimos cuenta que a pesar de todo el dinero en libras egipcias que llevábamos al salir del hotel por la mañana, no teníamos suficiente para pagar muchas más cosas, así que intentamos pagar en Euros la entrada al recinto. Nos dijeron que sí, pero con un pequeño «recargo» de unas 100 libras egipcias…así que pagamos en libras egipcias y decidimos buscar algún sitio para cambiar.
Así como, en las Pirámides de Giza, había miles de personas, aquí había muy poca gente. Estuvimos en un museo que hay justo al lado de las taquillas y donde nos encontramos con un montón de referencias a Imhotep, que fue el arquitecto de la Pirámide Escalonada o Pirámide de Zoser.
A la salida del museo encontramos a una persona que nos iba a cambiar los Euros por Libras Egipcias: nos ofreció 6 libras egipcias por cada euro; Merche le dijo que 6,5 y acepto (el cambio oficial estaba en ese momento a 7,5. habíamos perdido dinero por ser poco previsores…)
Dimos una vuelta por el complejo; Chechu, Juanjo y Pedro intentaron encontrar una entrada a la Pirámide de Unas, pero no lo consiguieron. En Sakkara, nos encontramos con un personaje curioso montado en burro, y que no paraba de decir ¡cuñaaaooooooo!…¡era igualito a él!…
Volvimos a coger el taxi, y nos dirigimos a Dashur. RECOMENDAMOS a todo el mundo que no deje de visitar las Piramides de Dashur: no hay prácticamente nadie y son espectaculares. Además en la Primera Pirámide, la Pirámide Roja puedes entrar hasta la cámara del Faraón, y es bastante más espectacular que la de Keops (olía a amoniaco que tiraba para atrás).
Pero la que realmente te impacta, es la pirámide encorvada de Seneferu. Conserva parte de su cubierta y tiene dos inclinaciones.
Eran ya casi las 4 de la tarde y todavía no habíamos comido, así que después de estar todo el día dando vueltas, con un viento espectacular, decidimos volver al hotel. ¿Menfis? ni nos lo planteamos: sabíamos que estaba el coloso de Ramses II, pero no nos parecía suficiente razón para ir hasta allí.
De vuelta al hotel paramos en un pueblo a comprar bebidas, y al llegar al hotel Marriott, decidimos ir directamente a las habitaciones: no teníamos hambre (Eva si tenia, así que le dimos barritas de cereales) y si mucho sueño y ganas de quitarnos toda la arena que teníamos encima con una buena ducha.
Sobre las 19:30, bajamos a cenar (Las cenas en el Hotel Marriott fueron bastante repetitivas -no era buffet- pero estaba todo muy bueno), y decidimos nos salir más ese día, así que nos subimos a la habitación a ver un poco de tv árabe…vimos poca tv… a las 22:00 ya estábamos durmiendo.
SAMIR AHMED HIWEG dice
Saqqara 1
Entre el V y el IV milenio antes de Cristo, diversas culturas agrícolas se desarrollaron en el delta y el valle del río Nilo. Los primeros pobladores prehistóricos evolucionaron paulatinamente desde una sociedad de cazadores-recolectores seminómadas a agricultores sedentarios. La agricultura supuso un paso importante hacia una colaboración mutua entre los egipcios con el fin de controlar y aprovechar las crecidas del río y, por lo tanto, hacia la civilización. El Nilo era además el medio navegable que facilitó la comunicación entre zonas alejadas, propiciando una organización unificada. De este modo, las distintas culturas de Egipto se polarizaron en dos entidades políticas; el Alto y el Bajo Egipto. En el Alto Egipto, la colonia más importante era Nejen, cuyo líder llevaba una corona blanca en forma de cono y su emblema era la planta del junco. En el Delta, la capital era Buto; su líder llevaba una corona roja y su símbolo fue la abeja. Se ha atribuido la unificación de las dos tierras a Nármer, Menes, hacia el año tres mil antes de Cristo, quien desvió el Nilo para construir Menfis. Fue el primer rey del Egipto histórico. La escritura apareció y se desarrolló en esta fase que comprende las dos primeras dinastías, en las que el Estado, unificado en el aspecto político, surgió plenamente.
La historia del Antiguo Egipto está dividida por un historiador egipcio llamado Manetón, doscientos ochenta antes de Cristo, en treinta dinastías reales, desde Menes hasta Alejandro Magno. Estas dinastías se agrupan en tres periodos principales; el Imperio Antiguo o Edad de las pirámides, el Imperio Medio y el Imperio Nuevo.
El Imperio Antiguo abarca desde la tercera, 2700 antes de Cristo, hasta la sexta dinastía, 2200 antes de Cristo, fue una época de importantes logros. El Imperio Antiguo forjó y consolidó el sistema político, cultural y religioso con la aparición de una monarquía cuyos rasgos más notables son la respetación absoluta del faraón y un poder político fuertemente centralizado.
Esta época surge marcada por la influencia del faraón Zóser, quien traslada la capital a Menfis y extiende el Imperio Egipcio por Nubia y el Sinaí, y por el comienzo de erigir grandes pirámides y monumentales conjuntos en piedra. El rey Zóser, fundador de la III dinastía, reforzó el atributo divino Ra en detrimento de Horus. Los reyes fueron considerados desde entonces hijos directos de Ra, absoluta representación divina. La fuente de poder del monarca se transformó. El rey ya no era hijo o representante de Horus, sino de Ra.
La III Dinastía fue la primera de las ubicadas en Menfis, y su segundo soberano, Zóser, reforzó la unidad política al unir el símbolo del norte y el del sur en su construcción funeraria en Saqqara. En general, la III Dinastía marcó el principio de la edad de oro de una nueva y vigorosa cultura.
El rey Zóser tuvo la inmensa suerte de tener como consejero a un sabio llamado Imhotep. Es el primer científico de la historia. Alcanzó gran renombre como médico cuyas facultades curativas eran casi mágicas; de hecho, muchos siglos después fue incluido en el panteón egipcio como padre de la medicina y como representante del atributo divino curativo. Más tarde, los griegos identificaron a Imhotep con Esculapio.
Aparte de su fama legendaria como médico y científico, Imhotep fue sin duda el primer gran arquitecto. Fue él quien emprendió la construcción de la mastaba de Zóser, que iba a ser la mayor de las construidas hasta entonces, además lo fue de piedra en vez de ser edificada en ladrillo, y que evolucionó a la forma de una pirámide escalonada. Esto satisfizo sin duda la necesidad de Zóser de impresionar a los egipcios con el primer modelo del montículo primordial construido en piedra.
SAMIR AHMED HIWEG dice
Saqqara 2
Aparte de su fama legendaria como médico y científico, Imhotep fue sin duda el primer gran arquitecto. Fue él quien emprendió la construcción de la mastaba de Zóser, que iba a ser la mayor de las construidas hasta entonces, además lo fue de piedra en vez de ser edificada en ladrillo, y que evolucionó a la forma de una pirámide escalonada. Esto satisfizo sin duda la necesidad de Zóser de impresionar a los egipcios con el primer modelo del montículo primordial construido en piedra.
Los egipcios observaron que la suerte de tener un valle irrigado de forma natural dependía de una doble fueza; el sol y el río. Además de su fuerza creativa, el sol tenía poderes destructores. Sus rayos, que hacían crecer las cosechas, podían secarlas. Y el río, que enrequecía el suelo con sus depósitos de minerales, podía arrastrar cualquier cosa que se pusiese en su camino, o si por el contrario, su cauce no subía lo suficiente, podía provocar el hambre.
Estos dos fenómenos impresionaban profundamente a la población por sus dos facetas, muerte y vida; el sol que moría al atardecer por el horizonte occidental, renacía por el Este a la mañana siguiente; dependía únicamente del río la fertilidad o renacimiemto de la cosecha después de la muerte de la tierra cada año.
Esta natural teoría de renacimiemto después de la muerte está en la base de la creencia de los antiguos egipcios en la vida de ultratumba. Tan inevitable como que el sol sale cada mañana es que el hombre vuelva a nacer después de la muerte. Cada año la crecida del Nilo fertilizaba la tierra y cada año se retiraba dejando sus campos vacíos, un ciclo que se repetía con una frecuencia y puntualidad asombrosa en el que la tierra nacía y moría, de la misma manera que Osiris, símbolo de la fertilidad, se enfrentaba con Set, símbolo del desierto, para morir en sus manos y volver a nacer indefinidamente.
SAMIR AHMED HIWEG_ GUIA TURISTICO_ Egipto
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SAMIR AHMED HIWEG dice
Saqqara 3
El nombre de Saqqara viene de Sóquer. Era protector de los muertos y patrón de los herreros. Era símbolo de la oscuridad, de la Duat (el Mundo Inferior) y la decadencia en la Tierra. Sóquer, hombre momificado con cabeza de halcón. También fue representado como un halcón. En el Periodo Tardío puede tener forma de toro o apariencia momiforme, con cabeza humana y en algunos casos de halcón, tocado con dos plumas.
En sus orígenes fue símbolo de la Tierra y la fertilidad. Su principal misión, denominada el ba de Ra, el espíritu de Ra, era guardar la entrada a la Duat, y habitaba en una caverna secreta, llamada Imhet «La puerta de caminos», situada en lo más profundo del Mundo Subterráneo. Alimentaba el corazón (ib) de los finados siendo responsable de que se cumplieran las transformaciones del difunto.
Poseía una extraña barca, Henu, que contenía su imagen momiforme, guardada por genios. Cuando su barca surcaba el río subterráneo, al llegar al desierto, tenía que transformarse en una serpiente para poder avanzar por sus arenas. Por eso, Sóquer llevaba el epíteto de «El que está sobre su arena». Se le asoció con Petah en la dinastía quinta, siendo los sacerdotes de Petah también de Sóquer. Se le vincula con Osiris en los Textos de las Pirámides.
En el Imperio Medio se le venera como Petah-Sóquer-Osiris, en Abidós. Desde la primera dinastía, es venerado en la necrópolis de Saqqara, Menfis y los lugares funerarios tanto reales como populares. Representa a la Vía Láctea en el zodiaco de Dándara. Su principal fiesta era celebrada cada seis años.
El conjunto arquitectónico es un recinto rectangular, rodeado por un perímetro de muralla de 1642 metros, 544 por 277. Encierra en su interior una pirámide escalonada junto a otras edificaciones que acogían las salas ceremoniales y los almacenes, así como un conjunto de tumbas. La muralla, de diez metros de altura, presenta en todo su recorrido acanaladuras verticales de ángulos rectos, contrafuertes, con el fin de fortificar su construcción. Tiene catorce puertas falsas, que tal vez representan las puertas de los siete cielos y las siete tierras. Tras la única puerta accesible, se alzan veinte columnas de 6.6 m de altura a ambos lados del pasillo, sobre las que descansaba un techo, debidamente tallado en forma de troncos de palmeras.
La puerta es muy estrecha, sólo tiene un metro de anchura, porque tal vez representa la entrada a la Duat, guardada por Sóquer. Las columnas que se alzan a ambos lados del pasillo conforman 42 capillas. Al comenzar su segunda vida, el difunto debía pasar la prueba del juicio final ante un tribunal de cuarenta y dos representantes del otro mundo o, más bien, de las cuarenta y dos comarcas egipcias, presididos por Osiris. Dicho juicio se celebraba en la sala de Maat, símbolo de la verdad y la justicia, y empezaba con el peso del corazón. Así pues, este lugar representa la sala de Maat. También Maat era el símbolo del equilibrio cósmico, representado en una dualidad de veintiuna capillas a ambos lados del pasillo y en el techo a dos aguas que imita la cúpula celestial.
SAMIR AHMED HIWEG dice
Saqqara 4
La sepultura meridional contiene un pozo de 28 metros de profundidad y 7 de anchura que representa un cenotafio. Además una cámara de granito y una sala con estelas. Originalmente debió contener los vasos canopes con las vísceras del rey. A su lado se encuentra una capilla que contiene el friso de las serpientes.
Las primeras tumbas eran pozos circulares u oblongos, donde se inhumaba a los difuntos en postura fetal. Simbolizaban una matriz que iba a dar luz nuevamente, una referencia al renacimiento. Las moradas de los muertos se indicaban con un conjunto de piedras que dio origen a los túmulos que representaran el montículo primordial. Más tarde, las tumbas tomaron la misma forma que tenían las casas con el objeto de que el difunto se sintiese mejor acogido.
La posterior evolución de las construcciones funerarias es una conjugación de estos dos tipos de tumbas. Así, el simple hoyo excavado en la tierra se cubre exteriormente con piedras y arena, formando de este modo un bloque macizo rectangular sostenido por muros de ladrillo en talud. Esta estructura exterior rectangular evolucionó, siendo el origen de la posterior mastaba que antecedió a las colosales pirámides.
Senefru es el único faraón que construyó tres pirámides: una en Meidum y dos en Dahshur. La evolución de las tres pirámides es la búsqueda de la pirámide perfecta para imitar la forma sagrada del montículo primordial y superar a sus antecesores.
La primera pirámide que Senefru construyó fue la Pirámide escalonada de Meidum fue el segundo intento de construir una pirámide. Su construcción fue realizada a través de una planta cuadrada, sobre la que se levantó seis niveles que iban decreciendo en tamaño cada vez que se iban alzando, dándose la imagen de una estructura escalonada. Luego tras terminar esta fase se le añadió un nuevo escalón en lo alto y en cada uno original se le puso otro (para darle más volumen). Esta estructura que a simple vista parecía sólida en su núcleo era inestable, pues, al sumarle el peso de las rocas calizas puestas en el exterior para parecer caras planas, se vino abajo.
Tras el fracaso de Meidum el faraón comenzó a construir otra nueva pirámide en Dahshur, conocida como la Pirámide Acodada. En ella se empleó nuevas técnicas de construcción pero volvieron a fracasar. La pirámide se comenzó a construir con hiladas de piedras y una pendiente de 60º, pero a los 35 m de altura debieron cambiar de pendiente porque aparecieron problemas de fisuras interiores y exteriores, algo que volvió a pasar en los 50 m y tuvieron que volver a cambiar la pendiente. El resultado final fue una pirámide distorsionada que en la parte superior presenta una acusada desviación en la inclinación de sus lados, motivo por el que ha recibido el nombre de Pirámide romboidal o Torcida.
El último intento de Senefru fue la Pirámide roja (nombre venido por el color de sus piedras) y tuvo éxito. Su altura es de 104 m y fue construida a partir de hiladas de bloques grandes y pulidos, paralelos a la base, como ya sería costumbre en las pirámides posteriores.
SAMIR AHMED HIWEG dice
Saqqara 5
Frente al lado sur de la pirámide de Zóser, se levantan los únicos vestigios de la pirámide de Unas, último faraón de la V dinastía. Su pirámide tiene una peculiaridad, pues es en ella donde se encontraron los primeros «Textos de las pirámides». Todas las cámaras y pasillos interiores se hallan grabados y pintados con grandes textos jeroglíficos. Los textos funerarios más antiguos del mundo. Es una recopilación de fórmulas mágicas para ayudar a superar los peligros que acechaban a los difuntos en su viaje hacia el mundo de Osiris.
El patio más pequeño está concebido para celebrar la carrera ritual del faraón, la fiesta de Heb Sed, en la que demuestra a sus súbditos que todavía está en plena forma y tiene energía para prolongar su mandato. Con esta carrera ritual, el faraón afirma que será el rey de ese pueblo en la otra vida.
El rey era el representante de todo el pueblo, el intermediario entre los hombres y Dios. Si se garantizaba la supervivencia del rey, quedaba pues resguardada también la vida de todos los demás grupos y la continuidad, por tanto, del ciclo anual del Nilo con el desbordamiento de sus aguas.
El fin que se proponía con las pirámides o con la forma piramidal no sólo era preservar y proteger los cuerpos de los faraones para la eternidad, sino también presentar una forma sagrada y simbólica del montículo primordial, El big Bang, que surgió de las aguas primigenias, del océano primordial, y sobre el cual se inició la creación del mundo. Construir una pirámide era un proyecto común, dado que el pueblo iba a disfrutar de vida eterna junto a su rey.
La pirámide escalonada, desde el punto de vista arquitectónico, no es sino una superposición de seis mastabas para dar mayor monumentalidad y guardar una proporción de escala armónica frente a la gran muralla. Con posterioridad, se rellenaron los huecos entre las diferentes terrazas, dando origen a la forma característica de las pirámides. Bajo la pirámide se encuentra la cámara sepulcral, en la que se guardaba el sarcófago y el ajuar funerario, con otras cámaras adyacentes unidas por un corredor laberíntico. La pirámide, que actualmente tiene unas medidas de 140 x 118 m y 60 m de altura, creo que sigue estando cerrada al gran público debido al peligro existente de derrumbamiento.
Zóser fue el pionero de edificar el Serdab: edificio que guardaba la estatua del faraón. En 1924 se halló esta estatua, se trasladó al museo de El Cairo y se construyó en su lugar original una réplica exacta.
SAMIR AHMED HIWEG dice
Saqqara 6
LA MASTABA DE MERERUKA
Es una de las más interesantes de Saqqara. Fue descubierta en 1893. Mereruka fue un visir durante el reinado de Teti. La mastaba está dividida en 32 salas, pertenecientes al propio Mereruka, su esposa y su hijo. Entre muchas de sus escenas destaca una en la que se aprecian a unos hombres pescando con redes de arrastre manual sobre canoas de papiro. Otros relieves muestran a un hombre llevando ganado, dentro de diferentes imágenes que muestran la vida de los pastores. También es curioso la elaboración de gargantillas y collares por enanos paticortos (un motivo habitual en las tumbas egipcias durante el III milenio a. de C). Otras imágenes muestran hienas de aspecto feroz.
LA MASTABA DE KAGUEMNI.
Kaguemni fue ministro de justicia en la VI dinastía. Sus paredes más interesantes quizás sean las de la capilla. En ellas se han representado escenas de rituales y varios desfiles de ofrendas ante la momia.
LA MASTABA DE PETAH-HOTEP Y AJTI-HOTEP.
Petah-Hotep fue visir e inspector de las pirámides de la V dinastía. Construyó una tumba para él y para su hijo. Junto con la de Mereruka, está considerada la mejor de Saqqara. Sus relieves muestran principalmente escenas de agricultura. Entre estas también destacan algunos individuos haciendo un inventario de vacas, ocas y patos, en una inspección de las pertenencias de la hacienda del visir Petah-Hotep. También se muestra la elaboración de pequeños esquifes de papiro. Estas ligeras embarcaciones eran perfectas para los pastores que debían atravesar canales y para los cazadores que perseguían a sus presas en las marismas del Nilo. De estas marismas también se aprecian algunas imágenes de vida silvestre y gran variedad de aves que eran capturadas por hombres al acecho, mediante pequeñas redes que se cerraban cuando las aves se posaban para comer.
SAMIR AHMED HIWEG_GUIA TURISTICO_EGIPTO
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سمير احمد حويج