Crónica de un viaje a Egipto: 7 DIA, Assuan – Abu Simbel
Viaje a Egipto: el día del pinchazo y Abu Simbel
Otra vez nos poníamos en marcha. Un viaje a Egipto siempre va a ser movido, pero no nos esperábamos esto. Un minibus (¡que incomodo!), nos recogió en el Hotel New Cataract de Assuan para llevarnos en convoy hasta Abu Simbel. Teníamos por delante 3 horas de viaje por el desierto hasta llegar a Abu Simbel, unas de las paradas más esperadas del viaje a Egipto. Eso sí, no nos levantaron a las 3 de la mañana (como había leído en muchos foros), ya que nosotros íbamos a pasar 1 noche en el hotel Seti Abu Simbel, por lo que no había prisa por volver.
Lo que si intentamos hacer desde Assuan, es hacer por nuestra cuenta el Espectáculo de Luz y Sonido de Abu Simbel (Merche intento ver como lo podíamos hacer, preguntando en la recepción del hotel de Assuan), ya que, Amir nos había dicho, que nos iban a cobrar 20 € por persona (una pasada, teniendo en cuenta que el Karnak, el transporte nos había salido por 4 € (4 personas) y las entradas por apenas 80 Libras egipcias a cada uno). Al fianl no pudo ser y pagamos, pero el hotel estaba a 10 minutos andando de Abu Simbel…
Ya de camino a Abu Simbel, Merche y yo nos colocamos los colchoncitos hinchables en el cuello…¡y a dormir un rato!…hasta que, de pronto, oímos un: ¡pummmmm! ¡choclot, choclot…!, ¡menudo susto! ¡había reventado una rueda del minibus en pleno desierto!. Paramos, todos los autobuses del convoy, excepto uno, siguieron su camino, y el conductor y un par de personas más empezaron a arreglar el pinchazo.
Después de media hora (aprovechamos para hacer fotos del desierto…¡menudos guiris estamos echos!), seguimos nuestro camino a Abu Simbel, y llegamos al hotel Seti Abu Simbel, justo para la hora de comer.
Este hotel nos gusto mucho a todos: Se encuentra situado al lado del lago Nasser, y entre palmeras y buganvillas, han situado pequeños bungalows , que la verdad, están muy bien. La comida en este hotel también fue excelente.
Después de comer fuimos a ver los templos de Abu Simbel antes de que anocheciera. A la entrada del templo, teníamos que pasar por el detector de metales (como en todos los demás, aunque en la mayoría solo están puestos de «adorno»), y uno de los policías «palpo» mi mochila y noto que tenía una cosa redonda y me dijo: ¿Bomb?…, yo me quede blanco, y le dije: «NO, an EGG-«. Era un huevo de alabastro que habíamos comprado en Luxor…me sonrió y me dejo pasar….¡gluppp!. Sobre los templos, solo una palabra: ¡impresionantes! Además te imaginas lo que les costaría en la década de 1950, mover los templos para que el agua no acabara con ellos.
Amir nos nos dejo mirar hasta que nos estuviéramos justo en frente del Gran Templo de Abu Simbel y viéramos las estatuas de Ramses II. Por cierto, no dejan hacer fotos dentro de los templos ( el santuario con las 4 estatuas talladas en roca -Harmakhis, Ramses, Amon-Ra y Path, es increíble).
Después del Gran Templo de Abu Simbel, fuimos al Templo «pequeño» de Abu Simbel, dedicado a la esposa de Ramses II, Nefertari.
Como podéis ver en las fotos, no había mucha gente; fue una suerte. Cuando acabamos de ver los dos templos serían las 18:00, y el espectáculo de luz y sonido de Abu Simbel, comenzaba a las 7:30 en español, así que decidimos, ir a tomar algo al bar que hay justo en la entrada.
A las 19:30, fuimos a sentarnos en las gradas y la verdad es que mereció la pena, es un espectáculo muy bonito. Te cuenta un poco la vida de Ramses II y la construcción de los Templos de Abu Simbel. Y el cielo nocturno en Abu Simbel, es espectacular, vimos hasta estrellas fugaces. Además tienes la oportunidad de ver los templos iluminados.
Ya de vuelta al hotel, cenamos, y nos tomamos unos tes y una pipa, con nuestro guía Amir y nuestros compañeros de viaje. Nos estuvo hablando sobre la religión en Egipto y sobre la situación del Egipto actual. Fue una conversación muy interesante. Conocimos otro punto de vista totalmente opuesto a nuestra visión occidental del mundo.
Después nos fuimos a la cama, Merche y yo estuvimos «luchando con un mosquito, y después de no poder con él, nos embadurnamos con antimosquito y caímos como troncos en la cama. (No tuvimos problemas con los mosquitos a lo largo del viaje. A lo mejor como era invierno…)
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